Esta semana se celebró en gran parte del mundo el primer centenario del Día Internacional de la Mujer. Para la organización Naciones Unidas el tema oficial de este 100 aniversario, es «la igualdad de acceso a la educación, la capacitación y la ciencia y la tecnología, un camino hacia el trabajo decente para la mujer».
Los datos del informe Mujeres y hombres en España (2010) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, indican que la opción científico-técnica, en las pruebas de acceso a la Universidad española, interesa poco a las mujeres. Mientras Humanidades y Artes, son elegidas mayoritariamente por mujeres (más del 70% de los alumnos), la opción científica apenas interesa a un 30%; sin embargo, en Ciencias de la Salud, el 66% de los estudiantes son mujeres.
Esta situación, común en algunos países, preocupa en la Unión Europea que plantea como uno de los objetivos de mejora del sistema educativo, aumentar el porcentaje de graduados en ciencias, matemáticas y tecnología; además, con esta acción se pretende incentivar la investigación científica para que participe en el desarrollo económico.
En España, las mujeres graduadas en ciencias y tecnología representaban en 2007, según en INE, el 6,9 por mil habitantes, cifra que está en descenso desde 2003.
Las mujeres que representan el 37% de los profesores titulares de Universidad, solo alcanzan el 15% de las cátedras. También es muy pequeño el número de mujeres que están presentes como académicas numerarias en las Reales Academias de España, de 490 sillones posibles (en 10 instituciones) sólo 32 son ocupados por señoras. Los mayores porcentajes de damas en las Reales Academias, se obtienen en la de Doctores (12%), Farmacia (11%) y Ciencias Veterinarias (10%); los peores porcentajes corresponden a la Real Academia de Ciencias Exactas, Física y Química y Naturales con un 2,3% de mujeres en sus butacas, y a la de Medicina que incluye tan sólo un 2,1%.
Otro dato interesante que recoge el informe del INE de 2010, es el número de distinciones doctores/as Honoris Causa (la máxima excelencia universitaria) que corresponden a mujeres. En las 74 universidades españolas, en 2008, se distinguió de casi un centenar de Honoris Causa tan solo a 10 mujeres; y todas en universidades públicas.
Este dato contrasta con los premios de prestigio (450 en 2009) que se entregaron en España en el área de Investigación, Ciencia y Técnica, pues de 110 galardones, el 43% fue obtenido por mujeres; porcentaje que supera incluso al obtenido por éstas en las áreas de Artes Escénicas y de la Música (32%), Bellas Artes (27%), Literatura (19%), o Arquitectura (9%).
Uno de los aspectos más visibles sobre la Ciencia son los Premios Nobel (Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura y de la Paz) que cada año concede en Estocolmo, desde 1901, la Fundación Nobel; desde 1968, y con el patrocinio del Sveriges Riksbank, se añade el de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, fundador de los premios. Sin embargo, en estos galardones, las actividades científicas de las mujeres han sido muy poco premiadas.
En 110 años de historia, las damas han sido distinguidas en 41 ocasión con el Premio Nobel, y en terreno científico de la física, química, fisiología o medicina, las mujeres han conseguido 16 premios de 547 entregados, un 2,9%; excepcional el caso de Marie Curie (Sklodowska) que lo consiguió en dos ocasiones, primero el Nobel de Física en 1903, junto Pierre Curie (su esposo) y Antoine Henri Becquerel, y después el de Química en 1911, en solitario.
En 2009, Elionor Ostrom consiguió el primer Premio Nobel de Ciencias Económicas, una mujer entre 67 varones premiados, que sumados a los anteriores dan un 2,8% de distinciones científicas Nobel para las féminas después de 614 premios en 110 años.
Un pobre balance histórico, a pesar de Tapputi-Belatekallim (la primera química) que 1200 años antes de Cristo ya estaba experimentando con flores, aceites, o bálsamos, produciendo los primeros perfumes en algún lugar de Mesopotamia.
A esta mujer, y a otras que quizás hoy no conozcamos, le siguieron muchas otras como Teano (600 a.C.), matemática griega, esposa de Pitágoras, que tras su muerte lideró junto a sus hijas la escuela pitagórica, y a la que se le atribuye la proporción áurea (mágico número irracional), entre tratados de Física y Matemáticas.
Y no quiero olvidarme de un gran número de mujeres que se quedaron en el camino del Premio Nobel, por la desconsideración de sus compañeros o de un comité Nobel repleto de caballeros. Así, Lisa Meitner que averiguó parte del mecanismo de fisión nuclear junto a Otto Hahn, no consiguió el galardón de química en 1944, o Jocelyn Bell Burnell, que en su tesis doctoral junto a Anthony Hewish descubrió los púlsares (estrellas de neutrones), y no fue considerada como parte de la «paternidad» en el premio Nobel de Física de 1974.
La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) asegura que la feminización de la Medicina española avanza «a paso imparable» en los últimos años y, de hecho, se espera que para dentro de 15 años el 70% de los médicos en activo sean mujeres.
De este modo, el porcentaje de mujeres en la profesión médica se equiparará al de otros países de la Unión Europea, donde la mayoría femenina ya es una realidad; en Holanda el 80% de los médicos son mujeres. En España, en Atención Primaria, ya hay más mujeres médicos que hombres (60% frente a 40%), pero en los hospitales todavía hay más hombres médicos (75%, frente al 25% que son mujeres). Esto se debe a la mayor presencia de la mujer en las facultades de Medicina, ya que actualmente el 69% de los nuevos ingresos de alumnos son mujeres.