07/11/2006 | Actualizada a las 13:52h
Tarragona. (EFE).- La Audiencia de Tarragona ha condenado a 20 años de cárcel a Sergi Arrieta Garreta por el asesinato de su novia a la que mató de 31 cuchilladas en el 2000, y posteriormente se autolesionó con la misma arma con el fin de suicidarse.
La sentencia condena al acusado a 20 años de cárcel por un delito de asesinato con la circunstancia atenuante de sufrir un trastorno de personalidad en el momento de los hechos. Además, Sergi Arrieta deberá indemnizar a los padres de la víctima con 72.000 euros y a la administración del Estado con casi 38.000 euros.
También le prohíbe acercarse a la ciudad de Valls, donde reside la familia de la víctima, durante cinco años y se pide que se tenga en cuenta la petición del tribunal popular para conceder al acusado un indulto parcial.
La sentencia, que se puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), considera probado que la noche del 28 de mayo del año 2000, la joven Pilar de la Llana y su novio, Sergi Arrieta, acudieron con el vehículo propiedad del chico a un paraje próximo al Coll de L’illa.
Entre las tres y las cinco de la madrugada, ella le comunicó “su intención de dejar la relación”, lo que originó una discusión, en el transcurso de la cual Sergi Arrieta clavó a su novia un cuchillo de 12 centímetros de hoja que llevaba en el coche, señala la sentencia. La joven, que “no tuvo posibilidad de defenderse”, consiguió salir del vehículo, pero el asesino “la continuó agrediendo con el cuchillo, dándole al menos 31 puñaladas”, dos de las cuales “le alcanzaron el corazón y fueron mortales de necesidad”, y causándole “un intenso dolor”, añade el fallo. Después, Sergi Arrieta se autolesionó “con el fin de causarse la muerte”, quedando “gravemente herido”.
Los cuerpos de la pareja fueron hallados la mañana siguiente por un vecino de la zona, que dio aviso a la Guardia Civil. El cadáver de la joven presentaba 31 puñaladas, dos de ellas mortales, mientras que el acusado tenía 13 heridas superficiales de arma blanca, una de las cuales alojadas en el cuadrante superior externo izquierdo del tórax, que le afectó gravemente un pulmón, por lo que estuvo varias semanas en coma.
En un principio, los investigadores creyeron que una tercera persona estaba detrás del crimen, pero el hecho de que el joven no presentase heridas defensivas en manos y brazos y que, al parecer, discutieran la noche de los hechos, llevó a su detención.