Las víctimas recientes de la violencia machista no solo son más que el año pasado, sino mayores. Con respecto a 2009, el grupo de mujeres de más de 30 años sube casi cinco puntos porcentuales, con una franja de edad especialmente sangrante: las que tienen entre 31 y 40 años (el 28%, un poco más de una de cada cuatro asesinadas). Y si se mira el escalón siguiente, entre 41 y 50 años, la cosa es casi la misma (el 24%).
Después de que la Conferencia Episcopal sostuviera que la violencia de género es cosa de «parejas inestables», la explicación que el Ministerio de Sanidad e Igualdad dio a este incremento en la edad del crimen machista no parece inocente: «Se trata de parejas que llevan más tiempo conviviendo y en las que la violencia ha podido desarrollarse durante un periodo de tiempo más prolongado, lo cual facilita la aparición de todas las consecuencias psicológicas de la victimización en la mujer y la percepción de posesión del agresor».
El balance estadístico de un año mucho peor en las muertes (71) que 2005 (57) y 2009 (56) y parecido a 2003 (71), 2007 (71) y 2008 (76) muestra una rebaja de casi siete puntos porcentuales en los suicidios de los agresores (17%), como destacó el Ministerio. Lo que no dijo es que las tentativas han subido: nueve puntos (22%), según la comparación con el informe de 2009 del Consejo General del Poder Judicial.
Fuera del universo de los homicidios, también crecen las denuncias, casi seis puntos en el segundo trimestre del año. En los primeros seis meses de 2010 se presentaron 66.752. A 30 de noviembre, 5.058 hombres cumplían condena por delitos de violencia de género.