Sihem Habchi del movimiento feminista «Ni Putes ni Sumises» daba una lección de democracia y feminismo a las que piensan salvar a las mujeres prostituidas dándoles un carnet y creen, para tranquilizar su conciencia, en la falacia, que empresarios prostituidores como Anela expanden, y que ella tan bien refutaba, de la mujer eligiendo libremente ser prostituida.Eligiendo libremente ser prostituida por diferentes países mediterráneos, para recalar, bien explotada y con miedo en el cuerpo, sin derechos en España. Eligiendo libremente la mercantilización vejatoria de su cuerpo, ante la imposibilidad de tener estudios y sueldo para vivir en igualdad.
Eligiendo libremente ser objeto de los prostíbulos que cotizan en bolsa en Australia. Eligiendo libremente ser violada en Girona por 4 adolescentes que se creen con el derecho de usarla, aún cuando no estaba en un prostíbulo.
Porque mientras no se crea en la paridad entre hombres y mujeres, mientras éstas puedan ser compradas, cualquiera puede pensar que lo de «ser puta», o sea, prostituida, es un sacramento que como el sacerdocio imprime carácter y puedes ser usada en cualquier momento y lugar.